Con esas cuatro palabras podría definirse lo que ayer aconteció en el Ramón Sánchez Pizjuán.

Un buen Sevilla que apenas acusó el esfuerzo del pasado Jueves, y que superó en todo momento al Atlético de Madrid.
Llamativa fue la reiterada pérdida de tiempo de los colchoneros. Las agresiones (codazos, patadas a la rodilla, etc) desgraciadamente son ya conocidas y permitidas por el colectivo arbitral desde hace ya muchos meses. Ni con eso pudieron doblegarnos. De hecho dieron por bueno el punto. Algo que a nosotros nos supo a poco. Destacar el buen tono general y el sobresaliente partido de Banega, tremendamente colaborativo y activo en la creación.

Descanso intersemanal, que debe servir para reponer fuerzas y visitar Riazor con las suficientes credenciales y garantías para doblegar a un rival en horas bajas. Para retomar la victoria lejos de casa y de camino tratar de abrir hueco con los perseguidores que vienen apretando, especialmente el Villarreal de Marcelino. Probablemente de los equipos más en forma de la liga BBVA.