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22/09/2016

Sevilla Rojiblanca Versus toallas en los banquillos

(Por Rafael Rodríguez)
En esta vorágine de partidos que llevamos desde el primer parón liguero, con dudas y cabreos ya en la mochila, tocaba jugar contra quien tocaba jugar. Había más puntos que buenas sensaciones, y el último partido en Ipurúa (intente decirse a la manera de José María García) no ayudaba a apaciguar los ánimos, precisamente.

Es demasiado pronto para sacar conclusiones válidas, pero la realidad es que el decano de Sevilla llegaba transmitiendo poco a los aficionados: sistemas endebles, algunos rendimientos individuales paupérrimos y un clima de disconformidad patente. Y ello sustentado en un discurso teórico por parte del equipo técnico más propio de los filósofos presocráticos que de hombres de fútbol (todo lo que se construye estructuralmente es para echar mano de ello coyunturalmente).

El once sevillista sale a jugar con un centro del campo reforzado (N'zonzi con Iborra) para dar más libertad a Nasri y Vázquez, y vuelve a la portería Rico, como datos mas destacables en el once titular, dando un descanso merecido a Ganso y Ben Yedder, que sin duda, no están dando la talla.

Frente al rival contra el que el calendario ordenaba que tocaba jugar, muy cerrado atrás y muy bronco, nuestra gloriosa escuadra rojiblanca intenta acometer el área rival, pero no encuentra las formas. Solo a través de fallos del mencionado equipo rival en su defensa, aparecen escarceos atacantes de los Sampaboys (Vietto no hace olvidar a mi admirado ariete Gameiro), mostrando carencias en la creación del juego de ataque, no sabiendo encontrar espacios. Como contrapunto, son notorias las mejoras en cuanto a lo defensivo, porque en el fútbol hay que defender, y hay que saber hacerlo. Y algo se ha mejorado.

En este primer tiempo, bien Escudero y Mariano, en su línea N'zonzi e intentando tener más participación Nasri, con Vázquez y Vitolo más apagados que de costumbre, pero en lineas generales, un primer tiempo gris en lo creativo.

El segundo tiempo empieza con nuestros hombres achuchando con algo más de fe a los once jugadores que se situaron enfrente, de tal manera que muy pronto se consigue anotar el primer y único gol del partido, a balón parado, confirmándose el valor que para Sampaoli tiene la estrategia (cuarto gol de pizarra). Gol que hacía justicia en Nervión, pues era el Sevilla el que de verdad mostró interés en ganar el partido.

A raíz del gol, y sobre todo tras la salida de Iborra, el Grande de Andalucía se olvida de jugar durante unos minutos, y deambula perdido por la cancha. Al saltar al campo Kranevitter, vuelve el centro del campo a dar guerra al once visitante, consiguiendo Sampaoli mejor efecto estratégico que con la entrada de Sarabia.

Tras algunos intentos de acercarse al gol por parte de los jugadores foráneos, bien sujetados por la defensa y Rico, y con una más que correcta aplicación del reglamento en las jugadas polémicas, protestadas con portátil incluso, el Pentacampeón de Europa logra finalmente los tres puntos, que es de lo que se trataba. A pesar de que este entrenador nos tiene algo confundidos, observo capacidad de mejorar y rectificar desde sus planteamientos iniciales, que no es poco. Habrá de dar tiempo a este hombre y su proyecto. Otro tema distinto, aunque enlazado, es la política de fichajes y ventas que está cogiendo el club.

Merece la pena reseñar como colofón, dado lo habitual, el pésimo nivel arbitral. A lo largo del partido, fue lamentable por parte del colegiado el no haber señalado dos penaltis clarísimos a nuestro favor y unas cuantas expulsiones en el bando que vino al RSP con más toallas de la cuenta. En fin, arbitraje lamentable que tuvimos que sufrir.

¡Viva el Sevilla FC!¡Viva la PSNS!¡Vivan las toallas, los bucles y las rejas!¡Vivan las diferencias de estilos!¡Ipurùaaaaaaa!

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